Hubo un tiempo en que…
Pensé que no podía, y no pude.
Creí que no sabía, y nada supe.
Pensé que no tendría fuerzas, y flaqueé.
Subestimé mi capacidad, y no fui capaz.
Luego aprendí…
Que si creo que puedo, puedo.
Que se más de lo que
ni siquiera imagino.
Que tengo las fuerzas que decido tener.
Que no hay carga que
mis hombros no puedan soportar
y que puedo llegar donde
yo me lo proponga.